Domingo Martínez de Avendaño

[1]​ Domingo Martínez de Avendaño se unió a la armada española durante su juventud.

Los pataches estaban capitaneados por el llamado León Rojo, compuesto por un total de 18 piezas y cuyo peso se situaba en 200 toneladas.

[4]​ El militar llegó a la provincia acompañado por Juan Menéndez Márquez, sobrino del anterior gobernador Pedro Menéndez Márquez,[5]​ y por el franciscano Francisco Marrón,[6]​ quien ocupó la principal posición entre los franciscanos de Florida.

[9]​ Por otro lado, el nuevo gobernador contribuyó notablemente a la expansión de las misiones en la provincia.

Estas dos últimas regiones, sin embargo, no solo "absorbieron" a algunos de los religiosos recién llegados.

Hay que tener en cuenta que Mocama y Aguadulce, aunque ya habían sido establecidas por los españoles con anterioridad y poseían nativos cristianizados, tenían una clara escasez de autoridades españolas y de eclesiásticos católicos que realizaran los ritos propios de su fe hasta ese momento.

Este hecho tenía como función la aceptación de los nativos a la evangelización.

[4]​ Además, Avendaño realizó tratados tanto con los guales como con los Ais y se aseguró de que confiaran en su administración.

[4]​ Los tributos de Guale fueron impuestos en un área que abarcaba desde la actual Cumberland Island hasta St.

[4]​ Además, y como solían hacer los gobernadores españoles de la provincia, Avendaño entregó bienes a los caciques que se acercaban a él para "rendirle homenaje", como signo de paz y amistad.

[11]​ Tras su muerte, los misioneros consideraron a Avendaño como un gobernador que debía ser imitado por sus sucesores, ya que nunca creó ningún tipo de conflicto con ellos y los respetó y veneró en las misiones.