En 1987 formó parte del movimiento de insumisión ante el servicio militar obligatorio y en 1989 se hizo apóstata.
Desde hace varios años, participa en la celebración del orgullo LGBT+ en País Vasco.
[2] En los años 1990 participó en el programa ¡Es más que farsa!, en la emisora de radio Zintzilik Irratia.
[5] Publicó y editó todos los vídeos de la asociación Transexualidad-Euskadi.
Este suceso causó un gran revuelo que terminó en represalias sociales para los agresores.
Logró ser reconocida con su nombre de mujer en su historia clínica y su tarjeta sanitaria, pero no con su género.
Contactaron con Andrea Muñiz de la asociación Salhaketa para obtener más información del proceso a seguir en el País Vasco, y denunciaron públicamente su situación con la ayuda de la activista transgénero Carla Antonelli.
Muchos medios creyeron que Andrea Muñiz fue la persona operada, pero no fue así.
[25] Esto contribuyó a que en Italia las mujeres transgénero sufrieran una persecución que las llevó a ser víctimas de varios actos de discriminación.
Además instó al Parlamento Europeo a interrumpir sus acuerdos políticos con Silvio Berlusconi por su campaña de discriminación contra las mujeres transgénero en los medios de comunicación.