Hacia fines del siglo XIX numerosos grupos de activistas políticos (emigrantes o exiliados de origen europeo) reivindicaron el anarquismo y, en su mayor parte, editaron sus periódicos en la Argelia colonial.
[1][2] El primer periódico que se reivindicaba de ideología anarquista fue L'Action révolutionnaire, publicado en 1887.
En ese mismo año, Élisée Reclus participó en reuniones con anarquistas establecidos en Argelia con el objetivo de fundar un movimiento obrero local.
En ese entonces, algunos libertarios veían con cierta simpatía esta emigración hacia África, con el propósito de hacer "propaganda revolucionaria.
"[2] En 1890 se fundó el hebdomadario Le Tocsin, "órgano socialista revolucionario", donde se reproducían artículos de Kropotkin, Paul Lafargue, Louise Michel, Octave Mirbeau, Eugène Pottier y Georges Darien.
Los textos se refieren principalmente al antimilitarismo, las desigualdades sociales, la explotación salarial, la Comuna de París.
[3] Ya en 1922 se publicó un único ejemplar de Bulletin du groupe anarchiste d'Alger.
Estos grupos se negaron a enviarle sus mandatos al Congreso Socialista argelino de 1901.
En abril de 1925, Le Flambeau publicó en su número 28, un artículo sobre "El movimiento anarquista en Argelia": "desgraciadamente no hay todavía en Argelia, un movimiento anarquista que llegue profundamente a las masas laboriosas al igual que la propaganda comunista, socialista o simplemente sindicalista ".
Se dieron dos posiciones en el movimiento: una sostenía que el ejército colonialista y el pueblo alzado para su independencia eran ambos nacionalistas y estaban sujetos a líderes, por lo cual no había que tomar partido por ninguno.
Así como lo hicieron en el momento de la empresa colonial italiana en Etiopía, se opusieron a la guerra anticolonial por su pacifismo libertario.
Así la Federación anarquista, condenando la guerra, pone en un mismo plano a los nacionalismos franceses y argelino.
Pero esta postura contra la guerra de Argelia no puede ser, en ningún caso, una aprobación del FLN.
En Argelia, los hombres no luchan por su liberación sino para darse a nuevos dueños.
¿Acaso esto quiere decir que hacemos nuestra teoría marxista según la cual pueblo obligatoriamente debe pasar por el estadio la independencia nacional para volverse luego contra su burguesía?
Las paredes de París se cubren con afiches rojos "¡Larga vida a la Argelia libre!
Para nosotros, los anarquistas sólo pueden ser partidarios convencidos de la destrucción del colonialismo francés en Argelia.