Se destacó en el estudio del simbolismo, mitología, metafísica y religión comparada.
[1] Entre 1903 y 1906 dirige una investigación de su especialidad en Ceilán, durante la cual descubre un mineral desconocido hasta ese momento llamado Thorianita.
Manteniendo una correspondencia con René Guénon desde la mitad de los años 1930, lleva a este a revisar sus posiciones concernientes al budismo, que Guénon consideraba como una rama desviada del hinduismo.
Coomaraswamy consolida una obra a partir de entonces enteramente inspirada en el esoterismo tradicional.
Casado con Luisa Runstein, de origen argentino, dejó un hijo llamado Rama Ponnambalam Coomaraswamy.
Observamos en esta última etapa del autor, su defensa por un arte tradicional, sagrado, basado en unos principios metafísicos y un simbolismo universal que se atribuyen a una tradición primordial y unánime, que se mantendría viva de un modo especial, aunque no único en la tradición hindú clásica.
Sobre la doctrina tradicional del arte es uno de sus más célebres trabajos: publicado por primera vez por la New Orient Society of America en 1938, viene a suponer un ensayo sobre cómo hay que enfrentarse a la obra de arte oriental.