Frithjof Schuon

Fue autor de más de veinte obras en francés sobre la metafísica, la espiritualidad, el fenómeno religioso, la antropología y el arte, que han sido traducidas al español y a muchos otros idiomas.

Los Schuon, aunque católicos, inscriben a sus hijos en las clases de catecismo luterano, la confesión predominante en Basilea.

Schuon dirá más tarde que, en su temprana juventud, cuatro cosas lo habían conmovido siempre profundamente: lo sagrado, lo grande, lo bello, la inocencia de la infancia.

[4]​ En 1920, muere el padre de Schuon y su madre decide regresar con sus dos hijos a su ciudad natal, Mulhouse, en Francia.

[7]​ En 1924, cuando aún vive en Mulhouse, descubre las obras del metafísico francés René Guénon, que le sirven para confirmar sus intuiciones intelectuales y le proporcionan un soporte para los principios metafísicos que ha empezado a descubrir.

Allí reemprende su trabajo como diseñador textil y comienza a estudiar árabe en la mezquita de la capital.

[9]​ A finales de 1932 termina su primer libro, en alemán, Leitgedanken zur Urbesinnung ("Ideas directrices para la meditación primordial").

Allí conoce a dos personajes clave, discípulos ambos del shaykh Ahmad al-Alawī, un maestro sufí de Mostaganem en Argelia.

Schuon ve una señal del destino en estos encuentros y se embarca hacia Argelia.

[10]​ En Mostaganem abraza el islam y pasa casi cuatro meses en la zāwiya del shaykh.

El Nombre divino Allāh se apodera de su ser y durante tres días no puede hacer otra cosa más que invocarlo sin cesar.

De regreso a Europa, Schuon funda una zāwiya en Basilea, otra en Lausana y una tercera en Amiens.

Lo confirman, según relatará más tarde, los sueños visionarios que varios de sus discípulos dicen haber tenido esa misma noche.

[8]​[18]​ Schuon se instala en Lausana y sigue colaborando con la revista guenoniana Études Traditionnelles, como viene haciendo desde 1933.

Entablan amistad con Thomas Yellowtail, el futuro hombre medicina y jefe de la Danza del Sol.

Cinco años más tarde, los Schuon acuden a la Exposición mundial de Bruselas, donde 60 siux ofrecen espectáculos sobre el tema del Viejo Oeste.

Durante la primera de estas visitas, Schuon y su esposa son adoptados por la familia siux del jefe James Nube Roja, nieto del jefe Nube Roja, y unas semanas más tarde, en un festival indio en Sheridan, Wyoming, son recibidos oficialmente en la tribu siux.

[25]​ En la década de 1970, Schuon publica tres importantes obras compuestas por artículos previamente editados en la revista francesa Études Traditionnelles.

[33]​ Estas reuniones no forman parte del método espiritual, que se centra en la oración islámica y el dhikr.

Doch diesmal legt sich meine Feder nieder, Denn es gibt andres Sinnen, andre Pflichten; Wie dem auch sei, was wir auch mögen tun: Lasst uns dem Ruf des Höchsten Folge leisten – Lasst uns in Gottes tiefem Frieden ruhn.

[47]​ Según Harry Oldmeadow, esta verdad o sabiduría primordial «ha recibido numerosos nombres: Philosophia Perennis, Lex Aeterna, Hagia Sophia, Dīn al-Haqq, Akālika Dhamma, Sanātana Dharma, etc.».

Manifestación sutil o anímica: el mundo del alma y de los «espíritus» (jinns, sílfides, salamandras, gnomos, etc.).

[63]​[64]​ Schuon califica el esoterismo religioso de "relativo" para diferenciarlo del esoterismo «absoluto»[65]​ o «quintaesencial»,[66]​ que no está ni limitado ni totalmente expresado por una forma religiosa o una escuela teológica particulares.

[76]​ Schuon considera que «[t]odo el sufismo [...] puede resumirse en estas cuatro palabras: Haqq, Qalb, Dhikr, Faqr: "Verdad", "Corazón", "Recuerdo", "Pobreza"».

[98]​ Al igual que la vía del amor no puede prescindir de la acción y del temor reverencial, de igual manera la vía esotérica o metafísica no puede excluir los otros dos modos.

[106]​[nota 7]​ La oración es su elemento central pues sin ella el corazón no puede asimilar o realizar —con la ayuda de la gracia divina— lo que la mente ha podido captar.

[114]​ Schuon insiste en sus escritos sobre el hecho de que las dos exigencias que son la doctrina y el método serían inoperantes sin un tercer elemento, la virtud[115]​, pues la vida espiritual tiene que integrar necesariamente las tres facultades humanas: la inteligencia (doctrina, verdad, discernimiento), la voluntad (método, oración, concentración) y el alma (carácter, virtud, conformidad moral).

[131]​ Al reducir cada vez más al hombre a sus aspectos racional y animal en detrimento de su dimensión espiritual y del fin de su vida terrenal,[131]​ el modernismo influye tanto en la filosofía como en la religión, la ciencia o el arte.

[152]​ Haciéndose eco del pensamiento schuoniano, Cutsinger señala que las diferentes formas de arte sagrado tienen como objeto la «transmisión de intuiciones intelectuales», que confieren así «una ayuda directa a la espiritualidad», y observa que este arte comunica a la vez «verdades metafísicas, valores arquetípicos, hechos históricos, estados espirituales y actitudes psicológicas».

[155]​[156]​[nota 13]​ Habiendo roto con la tradición, escribe Amugen refiriéndose a Schuon, el arte se hizo «humano, individual, es decir, arbitrario [...], signos infalibles de una decadencia»,[157]​ y toda voluntad de restaurar su carácter sagrado debe pasar necesariamente por el abandono del relativismo individualista para remontarse a las fuentes, que se sitúan en lo intemporal y lo inmutable.

París, 1930
Con René Guénon (izquierda)
en El Cairo, 1938
Catherine Schuon en los Alpes suizos
Con Thomas Yellowtail en Lausana, 1954
Bloomington, hacia 1990
"Aparición de la Mujer Bisonte blanco ", detalle de un óleo
de F. Schuon, 1959
"Saludo al Gran Espíritu", óleo
de F. Schuon, 1963
Portada de una antología ilustrada de los escritos de Schuon sobre el arte, editada por su esposa:
Art from the Sacred to the Profane, East and West