Demostró ser sumamente incapaz de cumplir su objetivo, siendo reemplazada en los aviones producidos en la última etapa de la guerra por las ametralladoras Tipo 1 y Tipo 2 o el cañón automático Tipo 99.
Siendo básicamente una copia de la conocida Lewis, la Tipo 92 era alimentada mediante un tambor situado sobre el cajón de mecanismos y era montada sobre afustes flexibles.
La principal diferencia entre ambos modelos era que la Tipo 92 tenía un guardamonte más grande y no tenía aletas de enfriamiento alrededor del cañón y el cilindro de gases.
Ni las ametralladoras aéreas Lewis británicas del período de entreguerras ni la Tipo 92 llevaban el característico tubo de enfriamiento de la ametralladora original (aunque las versiones terrestres generalmente lo conservaron).
Fue retirado al descubrirse que la corriente de aire generada por el avión en vuelo era suficiente para enfriar el cañón y que se podían ahorrarse unos cuantos kilogramos retirándolo.