El Jill (nombre en código aliado) era el equivalente japonés del Grumman TBF Avenger americano, si bien era más ligero, rápido y maniobrable que este último.
Aunque de buenas características y rendimiento soberbio al momento de entrar al servicio, la Armada Imperial Japonesa tenía escasez de pilotos experimentados y los estadounidenses ya habían logrado la superioridad en el aire, por lo que el Jill realmente nunca tuvo oportunidad para explotar todo su potencial.
Esto causó que la producción del avión no se iniciara sino hasta febrero de 1943.
Sin embargo, tras haber fabricado solo 135 ejemplares de la versión B6N1, surgió un nuevo dilema: se le ordenó a Nakajima cesar la producción del motor Mamoru para que se centrara más en la de los ya existentes Sakae y Homare.
Solo un B6N sobrevivió completo e intacto a la guerra y actualmente está expuesto en el National Air and Space Museum en Washington.