Alonso de Ribera

En 1587 llegó al grado de alférez, y al año siguiente se embarcó en la Armada Invencible, como parte del destacamento destinado a la frustrada invasión de Inglaterra.En 1597 los españoles, vanamente esperanzados en desatar el derrocamiento de Enrique IV, volvieron a invadir Francia.Ribera logró reputarse en los combates que rodearon el sitio de Amiens.Más aún, las últimas alternativas de las acciones se habían mostrado muy desfavorables a los conquistadores.[2]​ Ya en Portobelo, Tierra Fime —actual Panamá— se entrevistó con Alonso de Sotomayor, entonces gobernador español local, que había mandado en Chile años atrás.De que las compañías, durante los trayectos largos, se disolvieran y cada cual marchara cuidando sus propios bagajes.También de que no se acampara por compañías, y los soldados durmieran donde mejor les parecía.Pero Sotomayor declinó el nombramiento, y en su lugar se designó en 1605 nuevamente a Alonso García Ramón, experimentado en las luchas chilenas, quien optó por la guerra frontal.Impulsó el desarrollo y progreso de las ocho ciudades existentes en dicha provincia.Con este último tuvo conflictos, por lo que fue excomulgado y multado con 1500 pesos por abusos del poder civil e intromisiones autoritarias, aunque más tarde fue perdonado.Además le hacía saber su opinión en el sentido de que no era conveniente subordinar la gobernación a la Real Audiencia de Chile y que no convenía mudar la sede eclesiástica desde Santiago del Estero a alguna otra ciudad.El religioso consiguió de Felipe III una real cédula para establecer la Guerra defensiva en Arauco.Sin embargo, por falta de apoyo en Chile y problemas internos, ésta fracasó, y el soberano ordenó la reanudación de la guerra ofensiva contra los belicosos mapuches comandados por el lonco Anganamón, en 1612.