Al llegar a Quilca ya habían zarpado para el Callao los dos navíos que allí se encontraban.
«Había en la casa una escogida concurrencia: después del banquete se jugaron alcancías, y luego se sentaron a cenar más de sesenta individuos, ocupando las señoras una mesa en diferente sala.
Girón les mandó estuviesen quietos: el corregidor corrió a la sala de las mujeres y allí fue preso: otros huyeron hacia la cocina e interior de la casa.
Juan Alonso Palomino recibió cinco heridas y murió al día siguiente: los conjurados mataron también a Juan Morales porque tiró el mantel para que cayeran los candeleros y se apagasen las luces».
Alonso de Loayza y muchos vecinos notables del Cuzco participaron en la campaña contra Hernández Girón en las filas del mariscal Alonso de Alvarado a quien aconsejaron con buenas razones no diese batalla en Chuquinga; pero Alvarado no oyó reflexión alguna, y en ese campo la fortuna le fue adversa.