Era doble tataranieto de la reina Victoria I y sobrino nieto del último emperador alemán Guillermo II.
Desde pequeños tanto él como su hermana Bárbara estuvieron educados por una institutriz alemana, llamada Erna Möglich, en la finca de San Miguel.
Por aquella época, el nacionalsocialismo estaba empezando a entrar en la juventud alemana del país.
[3] Con 14 años, en 1938 se trasladó a Alemania, junto con su hermana Bárbara, para seguir con sus estudios de Secundaria.
Tanto Alfredo como Bárbara visitaron a varios parientes en Suiza, Dinamarca y Suecia.
[5] Para evitar la educación socialnacionalista, y debido a que las escuelas antroposofistas estaban teniendo problemas con el gobierno de Hitler, Irene matriculó a su nieto en un prestigioso internado en Suiza, donde pasó los años que duró la Segunda Guerra Mundial.
[6] Como todos los miembros de la familia, el príncipe Alfredo hablaba correctamente alemán, español, inglés y francés.