Alfred Rosmer

Tras pasar sus exámenes y ejercer en varios pequeños trabajos, Alfred consiguió aprobar un concurso que le permitía convertirse en empleado en los despachos de los ayuntamientos parisinos.En junio de 1906, Alfred firma su primer artículo en el periódico anarquista Les Temps nouveaux, una crítica teatral sobre Ibsen.Se aleja lentamente del anarquismo para acercarse al sindicalismo revolucionario y firma sus primeros artículos, siempre sobre teatro en el periódico La Vie ouvrière, el periódico de la CGT que Pierre Monatte había fundado en 1909.El amante del teatro se convierte entonces en cronista parlamentario, donde critica los discursos «très Comédie Française».Rosmer es movilizado, aunque permanece cerca de París y puede seguir con sus actividades militantes.Es en esta época cuando entabla amistad con los militantes rusos exiliados en París, en particular con Trotski y Martov, que iban a las reuniones de la VO.Es allí donde se crea el "Comité para la recuperación de las relaciones internacionales".En esta época cuando conoce en una reunión pacifista a Marguerite Thevenet que será su compañera hasta su muerte.Entra en el petit buró del comité ejecutivo al lado de Karl Radek, Nikolái Bujarín y Béla Kun.En las discusiones internas, respecto a divergencias tácticas u otras más profundas, no intentó exponerlas al exterior, no quería anular la acción de la Internacional Comunista con la que estaba de acuerdo en los puntos esenciales.[1]​ Christian Gras apunta que será un asunto doloroso para el resto de su vida.El antiguo anarquista acepta igualmente la necesidad de la dictadura del proletariado, radicalmente diferente al socialismo parlamentario.Su presencia en Moscú, le impide participar directamente en la participación del Congreso de Tours, pero Monatte, que no se ha adherido aún a un partido, y Rosmer, son más próximos a los militantes del Comité de la Tercera Internacional (Fernand Loriot, Boris Souvarine…), que a Frossard o Cachin, los dos dirigentes « centristas » de la joven Sección Francesa de la Internacional Comunista (SFIC, más tarde rebautizada como « Partido Comunista francés »).Pero un delegado ruso, Alexei Losovski presentó un texto que preveía una relación orgánica obligatoria entre partido y sindicato.Una conferencia nacional extraordinaria les acusa de «frosardismo grosero, individualismo anarquizante, trotskismo mal afinado».Monatte y Rosmer llevan a cabo un combate común en una publicación sindicalista-comunista, La Révolution prolétarienne.De hecho Rosmer se convierte cada vez más en un crítico de la Internacional Comunista y del régimen soviético que «vuelve la espalda al comunismo y crea nuevas clases privilegiadas».Aparecerían muy pronto divergencias entre los líderes, Maurice Dommanget, Raymond Molinier, Rosmer y Pierre Naville.La pareja efectúa varios viajes al extranjero, por ejemplo a España en 1936 donde puede ver la lucha entre loa estalinistas contra los opositores.En las reuniones en las que participa, tanto en los Estados Unidos como en Francia, debe naturalmente afrontar la hostilidad de los estalinistas.Viajan mucho, manteniendo pocos contactos con los franceses en Estados Unidos, con la excepción de Borís y Françoise Suvarin.La pareja Rosmer efectúa siempre numerosos viajes, sobre todo a Yugoslavia, tras la ruptura Tito-Stalin.Le cuesta encontrar un editor y no puede publicar la obra hasta 1953 gracias al apoyo de Albert Camus que prefacia el libro.
Autorretrato de Alfred Rosmer