[1] En esa misma casa, en febrero de 1927, perdió la razón para no recobrarla jamás, pero esta situación no menguó su talento literario escribiendo algunos de sus mejores poemas durante este período.
Como Darío, fue un niño prodigio, a los tres años de edad sabía leer.
[2] Sus estudios primarios fueron realizados en la escuela del maestro Vicente Ibarra y estudió hasta el tercer año de bachillerato en el Instituto Nacional de Occidente,[3] y al abandonar sus estudios se dedicó al magisterio y a las letras, mientras se dedicaba a esta labor, estudiaba lenguas de manera autodidacta y adquirió los conocimientos suficientes para traducir del inglés, del italiano, del portugués y del francés, llegando a dominar a la perfección este último idioma.
Vivió en la vieja casa en que pasó su infancia Rubén Darío y se dice que en esa casa, el 18 de febrero de 1927, entra en estado de locura para no recuperar la razón jamás, pero al mismo tiempo continuó su labor literaria, el primer poema escrito en este estado esquizofrénico es "La canción del espacio".
Alfonso Cortés había nacido en León, a fines del siglo pasado.
Yo recuerdo sus ojos pálidos, azules, y su barba posiblemente rojiza, cuando los chiquillos de la escuela pasábamos por su casa haciéndole burlas.
La familia lo tenía con grillos por temor de sus furias, y si uno se asomaba por el zaguán, podía vérsele al fondo del corredor oscuro.
Se caracteriza por ser una poesía oscura y misteriosa con rasgos netamente metafísicos; llena de figuras abstractas e ideas profundamente filosóficas.
Para Pablo Antonio Cuadra con el poema "La piedra viva" da inicio a su poesía metafísica.
Después de repasar los elementos del mundo el poeta presenta su concepción: "Yo no.
Todos los principales símbolos han sido ya constituidos, la significación y las relaciones paradigmáticas del sistema están ya en pie, sólidamente establecidas a través de una serie de poemas.
Cuando esta visión del espacio se plantea de términos físicos carece de sentido, parece una proposición reducida al absurdo, pero no es así cuando lo examinamos desde una perspectiva metafísica y una filosofía del lenguaje.
Su primer libro fue La Odisea del Istmo, que como ya hemos dicho, ganó los Juegos Florales de Quezaltenango.
En "El canto impersonal" por ejemplo, fechado en 1920, el poeta desarrolla ya esta concepción del verbo y la poesía como una forma independiente, autosuficiente, emancipada de la voluntad creadora y del poeta mismo.
En un poema fechado en 1918 titulado "Soneto", encontramos, bajo una forma aún identificable con la estética modernista, la elaboración del sistema de códigos y signos que llegará a definir la poesía de Cortés.
En "Soneto" el material trágico todavía está envuelto en una formulación estética modernista, los signos apuntan a un referente cultural y pierden en su valor connotativo.
Sin embargo hay una voz profética en el poema, un vaticinio que desde una lectura actual cobra una dimensión impresionante: "Si yo hubiera sabido las locuras / los desastres, las ansias, los dolores / en que iba amortiguar sus resplandores / mi corazón cansado de aventuras.
// Si hubiera visto sus miradas puras / solo el alma del sueño y de las flores, / no los pálidos y altos sinsabores / del infinito, que me cobra usuras.
No tienen estos versos el misterio profundo y clarividente que tienen sus mejores poemas anteriores a 1927.