Alfarería en Cantabria

La alfarería en Cantabria, como fenómeno etnográfico posterior a la romanización, sintetiza influencias de zonas periféricas como Asturias, Burgos y León.

Instalada en el barrio de Adarzo, en Santander, fue fundada en 1912 la firma Abarca Raba y Compañía.

Se fabricaron cazuelas, ollas y pucheros, genéricamente llamados “vasa”, “tarreñas” o jarras de pastor, y “embernías” (unos barreños vidriados como los usados en Campoo para la producción de nata.

En su conjunto, eran de basta factura, vidriado interior y toscos elementos decorativos como chorreaduras o tierra clara.

[1]​[9]​[nota 1]​ También se documenta actividad en Meruelo y Ojáiz, alfares extinguidos de obra basta similar a la fabricada en las vecinas Merindades.

Restos de un ánfora vinaria encontrada en el yacimiento de Julióbriga .