Albunea, en la mitología romana, fue una ninfa profética o sibila, una náyade que vivía en los manantiales sulfurosos cercanos a Tibur, hoy Tívoli, y tenía consagrados un bosque, un pozo y un templo.
[2][3][4] Lactancio afirma que la décima sibila, llamada Albunea, fue adorada en Tibur y su imagen, sosteniendo un libro en la mano, fue encontrada en el lecho del río Anio.
[5] Sus oráculos, llamados sortes, pertenecían a los libri fatales y los gestionaban el Senado, y se mantenían depositados en el Capitolio.
El pequeño templo cuadrado de esta sibila aún se conserva en Tívoli.
Cerca, un lago con cascadas, donde debido a sus aguas termales sulfurosas, se exhalan gases, con lo que los romanos pensaban que el área estaba inspirado por los dioses.