[4] El arte rupestre en la localidad se halla representado por dos abrigos situados en un cortado sobre el río Martín, denominados «Los Estrechos» y «Los Chaparros».
El Subidor es también una cueva sepulcral, en la cual se hallaron dos cráneos completos así como otros huesos humanos.
El yacimiento ciudadano queda delimitado por Cabezo Cantalobos, San José, cerro de las Abejas y el río Martín.
Parece que existieron varios columbarios, reutilizados luego, en lo alto del Cabezo Cantalobos, donde debió haber una necrópolis.
También hay otras canalizaciones con utilidad práctica, puesto que se trata de canales profundos que desaguan en bancales para riego natural, o en pozos o aljibes destinados a almacenar el agua.
La estructura del pueblo —en cuesta y con calles estrechas— es la mayor herencia de esa época.
Se les permitió erigir sinagoga y elegir un lugar para enterrar a sus muertos.
Asimismo, grupos ilustrados introdujeron una nueva variedad de olivo que iba a tener una gran aceptación: el empeltre.
[8] En tiempos más recientes, la villa fue duramente castigada por la Guerra Civil, que aunque no causó daños materiales significativos, produjo gran mortandad.
El casco urbano de Albalate del Arzobispo, catalogado como conjunto histórico-artístico, está compuesto por callejuelas estrechas y empinadas.
Del edificio original se conserva la torre mudéjar cuya orientación difiere ligeramente respecto al nuevo templo.
[17] Otra iglesia, bajo la advocación de San José, está situada cerca del cementerio.
Al exterior, la iglesia presenta factura agradable y proporcionada, estando dominado el conjunto por un cimborrio octogonal con una esbelta linterna de ladrillo.
La iglesia es una construcción barroca, de ladrillo y mampostería, del siglo XVII.
La segunda parte la forma la capilla mayor, situada a distinto nivel, posee planta cuadrada y se cubre con una gran cúpula semiesférica.
El segundo piso presenta un balcón corrido al que se accede por tres puertas enmarcadas de un frontón triangular.