A los pies de la nave se levanta un coro alto.
Todos ellos presentan la típica decoración mudéjar con motivos (rombos, esquinillas, etc.) en ladrillo resaltado.
En cuanto a decoración interior, merece la pena destacar la pintura mural del Camarín de la Virgen de los Arcos, atribuida a Juan José Gárate por J. Antonio Val Lisa.
La planta rectangular solo fue distorsionada por la construcción en época posterior de una capilla en el lado sur, cubierta con cúpula y linterna, que cabalga sobre la calle a modo de pasaje.
La fachada occidental es clasicista y presenta sobre la portada un ventanal abierto al coro, una galería de arquillos ciegos de medio punto doblados y un alero pronunciado.