El término de Ahín constituye una zona caracterizada por una rica biodiversidad, con unos rasgos específicos que la diferencian respeto al resto del territorio valenciano.
Habitaron estas tierras en paz y concordia, conservando sus tradiciones y formas de vida hasta el principio del siglo XVI, cuando se les impuso el bautizo bajo pena de muerte o destierro.
La ocupación de Ahín impidió, dada su situación estratégica, que se extendiera la rebelión.
Tradicionalmente basada en la agricultura de secano predominando el olivar, almendro, manzano y cerezo.
De estos últimos se extrae el corcho que ha propiciado una interesante artesanía.