Trabajó en beneficio de un gran número de causas, principalmente para las mujeres sin empleo y para las personas sin hogar, fue activista a favor del feminismo y se desempeñó como periodista en varios periódicos.
Procter jamás contrajo matrimonio, y algunas de sus poesías han llevado a pensar que pudo haber sido lesbiana.
[2][3] La familia tenía mucha relación con la literatura: la novelista Elizabeth Gaskell solía visitar frecuentemente la casa de los Procter,[4] el padre de Adelaide era amigo del poeta Leigh Hunt, del ensayista Charles Lamb y del famoso novelista Charles Dickens,[5] y conocían al poeta William Wordsworth[6] y al crítico William Hazlitt.
Los Kemble, los Macready, los Rossetti, los Dickens, los Thackeray, nunca parecían ser exactamente visitantes, sino que pertenecían a la casa».
[5] Luego de haber tomado esta decisión, se volvió extremadamente activa en varias causas solidarias y feministas.
Pasó a ser miembro del Grupo de Langham Place, el cual tenía como objetivo mejorar las condiciones para las mujeres, y trabó amistad con las feministas Bessie Raynor Parkes (más tarde Bessie Raynor Belloc) y Barbara Leigh Smith, posteriormente Barbara Bodichon.
[15] Su tercer volumen de poesía, A Chaplet of Verses (1861), se publicó para el beneficio de un refugio nocturno católico para mujeres y niños que había sido fundado en 1860 en Providence Row, en el East End londinense.
[16] Procter se comprometió para casarse en 1858, según una carta que su amigo William Makepeace Thackeray le escribió a sus hijas ese año.
Un ejemplo es su poema The Homeless Poor (El pobre sin hogar); a continuación se incluye la versión original y su traducción literal al español: In that very street, at that same hour, In the bitter air and drifting sleet, Crouching in a doorway was a mother, With her children shuddering at her feet.
[27] Procter escribió un número considerable de poemas sobre la guerra (la mayoría de los poemas publicados sobre este asunto en el periódico Household Words fueron escritos por Procter),[28] aunque raramente trataba directamente el tema, ya que prefería dejar a la guerra «como fondo, era algo que debía ser inferido y no señalado directamente».
[31] Las obras de Procter a menudo presentaban un sentimentalismo estético propio de la era Victoriana,[32] pero, según Francis O'Gorman, lo mostraban con una «fortaleza peculiar»; Procter emplea el afecto emotivo sin simplificarlo, para mantener «la energía emocional [en tensión]... en contraposición con las complicaciones y matices».
[5] El lenguaje de Adelaide, sin embargo, era simple; le expresó a una amiga su «terror mórbido de que me malinterpreten o que no me entiendan»,[33] y su poesía, por lo tanto, fue descrita como «simple, directa y con expresión clara».
[34] Procter fue «fabulosamente popular»[35] a mediados del siglo XIX; era la poetisa favorita de la Reina Victoria[24] y Coventry Patmore declaró que la demanda por sus obras era mayor que por las de cualquier otro poeta, exceptuando a Lord Tennyson.
[37] Procter misma tenía una opinión poco positiva sobre sus obras; su amiga Bessie Raynor Belloc pensaba que a Adelaide le apenaba que su reputación de poetisa hubiera eclipsado la de su padre, y la citó cuando dijo «Papá es un poeta.
Entre ellos estaban The Lost Chord, al cual Arthur Sullivan le añadió música en 1877; la canción fue la que tuvo mayor éxito comercial en las décadas de 1870 y 1880 tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos.