El Papa Pío X, quiso que en toda la Cristiandad se celebrase solemnemente el quincuagésimo aniversario de esta declaración dogmática, en este sentido, cuando aún faltaban más de diez meses para ese aniversario publicó esta encíclica que fue la segunda de su pontificado.
El texto original de la encíclica no queda dividido en apartados, ni sus párrafos aparecen numerados.
No obstante, al recoger aquí su contenido se han incluido unos epígrafes, que no están en original, y que pueden servir para reflejar la estructura de la encíclica.
Aquí está la palabra de Jesucristo: "Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos".
Pues estas virtudes alcanzan su grado máximo cuando ella ayudó a su Hijo moribundo, pues allí reconoce y adora firmemente su divinidad; y lo entierra después de la muerte, sin dudar ni un momento de su resurrección Los enemigos de la religión para sembrar sus errores hacer vacilar la fe Puestos estos principios no queda ya lugar para Cristo, ni para la Iglesia, ni para Gracias, ni para nada que esté más allá de la naturaleza humana.
, Esta indulgencia también podrá lucrase fuera de Roma, realizando esas visitas en la catedral, iglesia parroquial o, a falta de ella a la iglesia principal de cada población; y para los que están viajando o embarcados durante ese tiempo, realizando esas visitas al regresar a su ciudad.