Iucunda Sane

El futuro papa nació en Roma en el 540, en el seno de una rica familia patricia y recibió una sólida formación intelectual.

[3]​ Trabajó con constancia por propagar la regla benedictina y llegó a fundar seis monasterios aprovechando para ello las posesiones de su familia tanto en Roma como en Sicilia.

Con esta convicción expone su actitud: Siguen unos consejos para los pastores a los que dirige la encíclica pidiéndoles en primer lugar "la caridad y la unión con la Iglesia", "la necesidad de un perfecto entendimiento entre la potestad eclesiástica y la civil, pues la providencia de Dios quiso que se ayudasen mutuamente", y les recuerda con fuerza, la situación en que se encuentra la sociedad, aunque se encuentre iluminado por el espíritu cristiano, parece despreciar la vida sobrenatural y no reacciona ante el error: Ante esta situación la responsabilidad de los pastores les debe llevar a fomentar la vida sobrenatural en todos los órdenes de la sociedad humana, desde el más humilde trabajador, a los poderosos rectores de la tierra; y esto con la oración y haciendo llegar a todo el pueblo las enseñanzas morales de Cristo.

El Papa señala el error que supondría para los Pastores sus concesiones a la ciencia, olvidando que "la verdad es única y no puede dividirse; permanece eterna, sin plegarse a los tiempos, pues Jesucristo es el mismo ayer, hoy siempre (Heb 13,8", o preocupados de las necesidades materiales de su pueblo, "silencian la salvación del alma y las gravísimas obligaciones de la fe cristiana".

Por esto Recuerda también el papa "cuánto bien ha hecho el arte al servicio de la religión" y las medidas que por este motivo ha dictado recientemente en un reciente motu proprio,[14]​ a fin de recuperar en la música sacra todo lo establecido por sus antecesores.

Reproducción de una página (fol 2r) del Registrum Gregorii , donde se incluye el epistolario de San Gregorio, utilizado en la redacción de esta encíclica