Acuerdo de Bled
Como el rearme húngaro a pequeña escala ya se estaba produciendo sin que ni Checoslovaquia ni sus aliados hubiesen protestado, el Gobierno de Budapest rechazó la petición checoslovaca.[3] La fecha de la firma se eligió para coincidir con la botadura del crucero alemán Prinz Eugen en el que debía participar la esposa del regente húngaro, Magdolna Purgly, el 22 de agosto.El Gobierno magiar creía que la consecución del acuerdo con la Pequeña Entente reforzaría su posición frente a Berlín cuando los representantes de ambos países se encontrasen en Kiel para la botadura del barco.Yugoslavos y húngaros lograron un primer convenio sobre tres de los puntos disputados en un anexo del acuerdo, que las dos partes visaron pero no firmaron.[3] Como resultado, Hungría logró alcanzar un acuerdo con los tres países vecinos al tiempo que impedía su aplicación con el único de ellos lindante con Alemania, Checoslovaquia.[7] El 23 de agosto, el primer ministro húngaro, Béla Imrédy y su ministro de Asuntos Exteriores, Kálmán Kánya, se reunieron con sus homólogos alemanes, Adolf Hitler y Joachim von Ribbentrop, durante unas maniobras navales en el puerto alemán de Kiel.[1] El 1 de septiembre de 1938, en Budapest, Imrédy concedió una entrevista al corresponsal diplomático del Daily Telegraph, en la que, según la información del diario en la edición del día siguiente, el primer ministro minimizaba la importancia del acuerdo (según la versión aparecida anteriormente en la prensa británica), porque su aplicación completa solo tendría lugar cuando se hubiese resuelto la cuestión de las minorías húngaras.[10] Un comunicado del Gobierno yugoslavo del 31 de agosto aclaró que «Yugoslavia no había renunciado a las obligaciones contraídas» antes de la firma del acuerdo, pero Hermann Göring indicó al Gobierno magiar el 9 de septiembre que el regente yugoslavo, el príncipe Pablo Karadjordjevic, le había asegurado que «en ningún caso intervendría contra Hungría, ni siquiera si esta se viese envuelta en un conflicto con Checoslovaquia».El rearme era conocido tanto por los países vecinos como por las potencias, que soslayaron este hecho.