Eso último es inexacto, los dos helicópteros se separaron, con una colina que no permitía que se pudieran ver, cuando el primer helicóptero cayó, provocó un ruido de la caída y a causa del impacto la munición comenzó a explotar, ocasionando que el piloto del segundo helicóptero al pensar que estaba siendo atacado, buscó donde tomar, lo hizo como pudo, literalmente tirando el helicóptero al suelo, provocando heridas en la tripulación a causa del aterrizaje brusco.
Los últimos datos sobre las supuestas causas del accidente, en palabras de José Bono, indican que el helicóptero siniestrado superó la cima de una colina a poca altura del suelo y, después, contactó con el suelo, debió perder el control y el aparato perdió parte de su estructura, fuselaje y combustible.
Cayó entre cincuenta o sesenta metros más allá, donde se incendió y ese fuego provocó que ardiera el combustible.
Sin embargo, en las horas siguientes al accidente se barajaron varias causas.
La OTAN dijo el mismo 16 de agosto que el accidente fue debido a un fallo mecánico.
Pese a todo, desde un primer momento se barajaba también la posibilidad de un ataque desde tierra, ya que, a la vista de una fotografía en la que se podía ver el impacto en una llanura rodeada de una zona montañosa, no hubiera sido necesario que el helicóptero realizara especiales medidas para el aterrizaje.
Bono recalcó que no se había detectado en la zona ninguna circunstancia de 'hostilidad' entre la población civil afgana.
De hecho, Herat está en una zona relativamente segura de Afganistán, ya que los talibán y sus aliados islamistas son menos activos allí que en el este y el sur del país.
[4] Desde entonces han declarado varias personas, entre otros el exministro de Defensa José Bono.
Los restos de la aeronave siniestrada fueron enviados a Madrid para ser estudiados por la comisión que investigó el accidente.