[2][3] Las plantillas para el All-Star Game se eligieron de dos maneras: por un lado los quintetos iniciales y por el otro los reservas.
Los primeros fueron elegidos mediante una votación popular, donde se seleccionaron, por cada una de las conferencias, a dos exteriores y tres interiores.
Los entrenadores debían de elegir a dos bases, dos aleros, un pívot y otros dos jugadores más sin importar su posición.
Si un jugador no puede participar por lesión será el comisionado quien elija a su sustituto.
Consiste en un ejercicio en el que se deben driblar obstáculos, hacer un pase directo y encestar algunas canastas.
Karl-Anthony Towns se convirtió en el primer pívot de la historia en ganar el evento.
Debido a empates en la última ronda, esta se extendió hasta cuatro mates donde Zach LaVine resultó campeón por segundo año consecutivo.