Los compuestos de vitamina E más activos en el organismo son aquellos relacionados con la forma α-tocoferol.[2] Evans y Bishop hallaron que las ratas hembras requerían de este principio en su dieta para una preñez normal.Destaca Paul Karrer, debido a sus investigaciones más notables en los carotenoides y las flavinas.En 1938 consiguió sintetizar el compuesto denominado alfatocoferol, que corrige la esterilidad carencial de manera análoga a la vitamina E.Entre los derivados de la vitamina E, destaca el tocoferol acetato, un éster del ácido acético y el tocoferol (para la forma α), el cual se usa como una alternativa estable a las formas naturales de tocoferol, ya que el grupo hidroxilo fenólico en esta forma está bloqueado, lo que proporciona un producto menos ácido y con una vida útil más larga, al no oxidarse.[3] Este compuesto puede penetrar a través de la piel hasta las células vivas, donde aproximadamente el 5 % se convierte en tocoferol libre.Además, inducen en otras estructuras (proteínas de membrana, por ejemplo) alteraciones que comprometen gravemente su función.La deficiencia en vitamina E se caracteriza generalmente por trastornos neurológicos debidos a una mala conducción de los impulsos nerviosos.