Con 21 años se incorporó al ejército de Manuel Oribe en 1843, durante la Guerra Grande.
Dirigió la primera resistencia contra las tropas brasileras que invadieron Uruguay en 1864 el 12 de octubre, al mando del Gral.
Jose Luis Mena Barreto, a través de Melo.
En aquella época de terribles odios se caracterizó por la benevolencia en el trato a los prisioneros y su oposición a toda crueldad inútil, razón por la cual expulsó de las huestes blancas a Nicomedes Coronel, el asesino de Justo José de Urquiza, que pretendía sumársele.
Regresó a principios de 1880 y se afilió al Partido Constitucional.