Especialmente en Montevideo, hubo líderes principistas que postularon la necesidad de "civilizar a la barbarie".
Al final de ese periodo, un nuevo giro positivista permitió construir alianzas entre los gobernantes, poder económico y dirigentes políticos que propusieron un programa político y técnico en torno al desarrollo nacional.
El reinado de las instituciones, con sus libertades ordenadas, sus derechos armónicos, sus garantías tutelares, sus responsabilidades severas, sus formas mesuradas y prudentes, que constituyen a la vez el lastre y el timón de las sociedades modernas.
Fundamentalmente integrado por civiles, aunque también hubo en el mismo algunos militares como Ángel Muniz.
En 1893 se dispuso la disolución del partido, de acuerdo con la opinión predominante de que convenía que sus afiliados reingresaran a los antiguos partidos para luchar con más eficacia contra el oficialismo elector.
En 1889 participa del acuerdo político y obtiene seis bancas en el Parlamento.
Hay quienes ven en el Partido Constitucional y sus ideas principistas, un esbozo de lo que sería más adelante el Nacionalismo Independiente, del cual el Dr. Martín C. Martínez sería candidato a la Presidencia.