No obstante, dicha afirmación ha sido desmentida por numerosos historiadores modernos basándose en la documentación de la época.
Acompañó al infante Sancho cuando este último, hallándose en la ciudad de Córdoba, se puso en camino para reprimir la revuelta de la ciudad de Badajoz, que había apoyado hasta ese momento al infante Sancho.
[2] En 1283 Álvaro Núñez de Lara abandonó al infante Sancho IV de Castilla y pasó a servir a su padre, el rey Alfonso X el Sabio.
Los tres individuos, entre otros ricoshombres, abandonaron al infante Sancho y, previo consentimiento del infante, se dirigieron sin que nadie les estorbase el paso al reino de Portugal, desde donde viajaron a la ciudad de Sevilla, donde se hallaba la Corte de Alfonso X.
En 1286 acompañó al rey Sancho IV durante la peregrinación que el monarca realizó a Santiago de Compostela.