Esta, utilizada antiguamente en la construcción, se emplea en la ebanistería por su alta calidad y su llamativo color.De las secuoyas es conocida su longevidad (computada en miles de años) y aunque hoy en día es el ser vivo más alto del planeta, en el pasado fue superado por eucaliptos y abetos gigantes hoy en día desaparecidos.Suelen crecer en las montañas donde hay más precipitación debido a la humedad que despide el océano.Por su parte, las secuoyas que se sitúan por encima del nivel de la niebla, es decir, por encima de unos 700 m, son más bajas y pequeñas debido a las condiciones meteorológicas: ambientes secos, fríos y con excesivo viento.Esta zona nativa proporciona un ambiente único, con lluvias estacionales fuertes (hasta 2500 mm o 100 pulgadas anualmente).El aire fresco costero y la niebla mantienen una humedad constante durante todo el año en este bosque.Las secuoyas proveen un hábitat para una gran variedad de mamíferos, pájaros, reptiles y anfibios.El primer naturalista que recolectó las semillas de la sequoia y que las envió a España fue Tadeo Haënke, quien participó en la Expedición Malaspina-Bustamante del rey Carlos IV, explorando las costas españolas de ambos lados del Pacífico.[5] Una hipótesis afirma que el nombre con el que actualmente son internacionalmente conocidas estas coníferas típicas de la Alta California y del Oregón les fue dado en homenaje al jefe cheroqui llamado Sequoyah, si bien cabe consignar que los cheroqui y su confederación habitaban en el centro-este de América del Norte y nunca en los lugares donde crecen estos árboles.La secuoya fue introducida en Europa en 1843 y hoy en día es popular en parques europeos dado su alto valor ornamental.Los lugareños las llaman mariantonias, posiblemente debido a que también se conocen estos árboles como velintonia o por ser un regalo del duque de Wellington.Las «alas» no son efectivas para una dispersión amplia, y el viento esparce las semillas entre 60-120 m promedio de distancia del árbol madre.Este árbol, junto con otros tres que batieron la marca del "Gigante estratosférico" (112,9 m), se encuentran en el Parque nacional Redwood, al norte de San Francisco, California.