Cucumis melo

Su dilatado cultivo en domesticación ha dado origen a numerosas variedades cuya producción se extiende por todas las regiones cálidas de la mayor parte del mundo con veranos secos y calurosos.La planta posee tallos blandos y pilosos que crecen a ras del suelo.Sus hojas tienen peciolo acanalado y son palmadas, es decir, su aspecto es semejante al de una mano.En el centro hay una cavidad que contiene muchas semillas recubiertas de una sustancia pegajosa.El uso medicinal del melón lo demuestra su presencia en la Capitulare de villis vel curtis imperii, una orden emitida por Carlomagno que reclama a sus campos para que cultiven una serie de hierbas y condimentos incluyendo los pepones, identificada actualmente como Cucumis melo.[5]​ El crecimiento de la planta no es verdaderamente activo hasta que se sobrepasan los 15 °C, situándose el óptimo hacia los 32 °C.También se puede cultivar en terrenos de secano e incluso los frutos pueden resultar más sabrosos, pero los rendimientos potenciales son menores.El fruto no debe cosecharse hasta que la madurez esté asegurada, y el contenido de azúcar sea lo suficientemente elevado.Al tacto ésta se percibe cuando la corteza alrededor del pedúnculo cede ligeramente a la presión de los dedos; el peso específico del melón también es un índice característico, aumentando a medida que la madurez incrementa la densidad de la pulpa.Sufre el ataque de varios hongos del suelo y también del oídio o mal blanco (Podosphaera pannosa), que puede controlarse con fungicidas que no contengan azufre, pues es muy sensible a este elemento.Aporta muchos carbohidratos, como sacarosa, pero por su bajo contenido en energía resulta ideal para perder peso.
Detalle de un ejemplar de Cucumis melo subsp. 'agrestis'
El melonero infalible, o Arte de conocer, escoger, y comprar buenos melones y sandías; con la historia de estas frutas, un tratado de su cultivo en las provincias del Norte , escrita en francés por Alejandro Martin y traducida al castellano, 1830.