Otro muy extendido es el que ataca a rosales, begonias o robles, producido por varias especies del género Podosphaera, como P. pannosa.
Su principal signo es la aparición de una capa de aspecto harinoso o algodonoso y un color blanco o grisáceo, formada por el micelio y los conidióforos, que son los órganos de reproducción asexual.
Afecta a muchas plantas de jardín, como rosas, claveles, crisantemos, begonias y en el huerto se ceba sobre cucurbitáceas (melones, pepinos etc.), fresas y tomateras.
En frutales los más afectados son los manzanos, melocotoneros, ciruelos y albaricoques.
Variedades débiles de menta también se pueden ver afectadas.