Su casco con sección en forma de V y su gran envergadura ayudan a que el Albatross pueda amerizar en mares con oleaje.
En 1944, Grumman inició el desarrollo de su diseño G-64 que, bautizado Albatross, acabaría sirviendo no sólo en la Armada, sino también en la Fuerza Aérea y la Guardia Costera.
Se conservaron los flotadores subalares fijos de estabilización, si bien, al igual que el casco, habían sido considerablemente rediseñados y mejorados aerodinámicamente.
Los aviones dotados de equipo invernal para operaciones en el Antártico fueron denominados UF-1L (posteriormente LU-16C), y cinco entrenadores con doble mando UF-1T recibieron la nueva designación TU-16C.
En 1957, entró en servicio una versión mejorada, la SA-16B, que equivalía a la UF-2 de la Armada: en 1962, estos modelos se convirtieron respectivamente en los HU-16A y HU-16B.
Los Albatross empleados por la Guardia Costera fueron denominados originalmente UF-1G; diez ejemplares de esta versión fueron suministrados a Canadá bajo la designación CSR-110.
Para operar estos aviones, algunos países exigían una licencia especial, ya que era un aparato muy pesado y de difícil despegue.