Ley del talión

La ley del talión (en latín: lex talionis), o pena del talión,[1]​ es la denominación tradicional de un principio jurídico de justicia retributiva en el que la norma imponía un castigo que se identificaba con el crimen cometido, obteniéndose la reciprocidad.[2]​ Con el mismo sentido se utiliza el término «retaliación», que la Real Academia Española recoge como equivalente a «represalia» en algunos países americanos.La palabra "talio" deriva del adjetivo indefinido "talis", que sirve como correlativo de "qualis" en referencia al delito o daño causado.Por ejemplo, en el derecho romano, la frase «quale scelus, talis poena» ejemplifica esta correlación, enfatizando la relación proporcional entre la naturaleza del delito y la pena correspondiente.Esta frase refleja el principio de que la pena debe ser equiparable al delito cometido, demostrando la correlación bimembral entre ambos elementos.En la actualidad existen ordenamientos jurídicos que parcialmente incluyen la ley del talión, especialmente la sharia, en vigor en ciertos países islámicos.En el contexto sumerio, la ley del talión se aplicaba principalmente a los hombres libres, considerando que tenían mayor responsabilidad.Por otro lado, en Babilonia, el Código de Hammurabi separó el poder temporal del religioso, estableciendo un estado laico.Los juristas romanos reconocían que un rigor extremo en las penas podía conducir a mayores injusticias, como se expresa en el concepto de «summum ius summa iniuria».Las penas menores consistían en la reparación del daño devolviendo materias primas tales como plata, trigo, vino, etcétera.[6]​ Este principio siguió vigente para el judaísmo hasta la época talmúdica, cuando los rabinos determinaron que la pena se transformaría en un resarcimiento económico.
Código de Hammurabi : en él se encuentra una de las versiones más antiguas de la ley del talión.