Es una corriente superficial (por la temperatura cálida de sus aguas) y disminuye gradualmente en profundidad y velocidad hasta prácticamente anularse a unos 100 m, cota donde la influencia del calentamiento por los rayos solares desaparece en la práctica.También determina en buena parte la flora y la fauna marina de los lugares por los que pasa (por ejemplo, los artrópodos y cefalópodos abundan más en las costas de Galicia que en las del País Vasco, donde su influencia es menor).El punto donde termina ha sido motivo de controversia, pero se considera que la corriente del Golfo propiamente dicha finaliza a aproximadamente 40°N y 50°O donde el flujo no cesa sino que sus aguas cálidas y saladas siguen fluyendo por un lado hacia el norte, en la corriente del Atlántico Norte (también llamada deriva del Atlántico Norte) y la corriente de Noruega que la prolongan, y por otro lado hacia el sur vía la corriente de las Islas Canarias.La formación de ciclones tropicales requiere normalmente temperaturas del agua superiores a 26,5 °C.[15] La formación de ciclones tropicales es frecuente sobre la corriente del Golfo, especialmente en julio.[17]Los ciclones subtropicales también tienden a generarse cerca de la Corriente del Golfo.[23] Otro autor que identifica con precisión la naturaleza de la corriente del Golfo es Jerry Wilkinson, en un artículo reciente sobre este tema:[5] Con Franklin la corriente del Golfo adquirió nombre propio (Gulf Stream en inglés) y abrió el camino al estudio de la oceanografía física.Su obra Currents of the Atlantic Ocean, publicada en 1832, es la primera síntesis científica exhaustiva sobre el tema.Hubo que esperar hasta los años 1960-1970, cuando se desarrollaron sistemas espaciales que permitieron cubrir en tiempo real todos los océanos y desplegar instrumentos de medida localizados y comunicados por satélite.En esta imagen satelital a pequeña escala también puede verse la ubicación de Nueva York, adonde se dirigía el Titanic.Se trata de una zona costera que abarca la isla Larga (Long Island, visible algo más al sur, en la costa americana, y una parte en otra isla (Manhattan) que queda a la izquierda, es decir, al oeste de Long Island.La Segunda Guerra Mundial vino a cambiar radicalmente la situación, especialmente, por la invención del radar y por el desarrollo de las nuevas técnicas de comunicación (imágenes aéreas y, más recientemente, imágenes satelitales).