En 1698, el palacio sufrió un pavoroso incendio que destruyó la mayor parte del complejo, en especial los viejos edificios Tudor con techumbre de madera.Se salvó del fuego la Banqueting House, un pabellón para fiestas diseñado por Iñigo Jones y cuyo techo había sido decorado por Rubens.A mediados del siglo XIII, el arzobispo de York adquirió unos terrenos al norte del palacio de Westminster para construir su residencia londinense, que fue conocida como York Place.Posteriormente la propiedad fue adquirida por el cardenal Wolsey, valido de Enrique VIII, que edificó una suntuosa mansión a orillas del río.Tras su caída en desgracia en 1529, todas sus propiedades fueron confiscadas por el monarca que, en noviembre del mismo año, llegó en barco desde Greenwich y se instaló por primera vez en la mansión.[1] El rey no solo deseaba utilizar la recién terminada y suntuosa residencia del cardenal Wolsey, sino que también proyectaba crear una nueva gran residencia real que pudiera sustituir el viejo y desvencijado palacio de Westminster.Enrique VIII, por lo tanto, creó una inmensa propiedad real que se extendía desde el río Támesis y la antigua York Place hasta la leprosería que fue reconvertida en el palacio de Saint James y destinada al príncipe de Gales.Como su padre Enrique VIII, la reina Isabel I (1558-1603) viajó frecuentemente entre sus muchas residencias reales, como Somerset House, St.[4] Aunque el palacio de Whitehall vivió su época más convulsa con Carlos I (1625-1649) y la Guerra Civil (1642-1651), también destacaron notables proyectos a principios del reinado.[5] Sin olvidar que la gran pasión del soberano fue el coleccionismo de arte.[7] El complejo palatino aún presentaba un aspecto aun esencialmente orgánico y Tudor frente a la monumental arquitectura regular y clasicista del Louvre que el propio monarca había podido observar durante su exilio en París.En 1661, el arquitecto barroco John Webb presentó varios proyectos para reformar Whitehall, no obstante, pese al entusiasmo inicial del rey, Webb fue pronto trasladado a Greenwich, donde Carlos II quería edificar otro gran palacio barroco.El dormitorio privado, por su parte, fue creado ex-novo cara al río en la antigua Galería de la Reina.En su lugar apareció un ala con un fachada regular y una amplia enfilada de aposentos oficiales para la reina, que terminaban en una monumental capilla católica diseñada por Wren a tocar de la calle Whitehall y la Banqueting House.[1] Por primera vez en su historia, los nuevos soberanos no frecuentaron Whitehall, debido a su asma, Guillermo III (1689-1702) prefirió su residencia campestre de Kensington y la reina María solo habitó Whitehall ocasionalmente, cuando Guillermo estaba de campaña en los Países Bajos.[3] El fuego duró dos días, solo salvándose la Banqueting House por expreso deseo del rey, las puertas/torre de cabalgaban la calle Whitehall, y algunos edificios secundarios que se situaban más lejos.[3] El palacio de Saint James se convertiría, desde entonces y hasta 1837, en la residencia oficial del monarca inglés en Londres.Durante la segunda mitad del siglo XIX se empezarían a edificar en la zona grandes edificios públicos y gubernamentales, de modo que el área de Whitehall se convertiría en el centro administrativo del gobierno.
La fachada palladiana de la
Banqueting House
.
El palacio de Whitehall visto desde el río durante la primera mitad del siglo
XVII
, el gran edificio del fondo es la
Banqueting House
.
Carlos II recibiendo al príncipe de Ligne, embajador español, en la
Banqueting House
en 1660.
El "dormitorio de ceremonia" del rey en Whitehall debió ser muy similar al de la reina
Ana
en el
castillo de Windsor
.
El palacio de Whitehall en 1695, en primer plano la nueva terraza de la reina María II, y justo detrás los
Volary Lodgings
(izquierda) y los nuevos aposentos privados de la reina (derecha). En el extremo izquierdo se aprecia el vacío dejado por el incendio de 1691.
La calle Whitehall, la
Banqueting House
y la
Holbein Gate
a principios del siglo
XVIII
.