En español se traduce como "apartamento", palabra que actualmente designa, esencialmente, una unidad habitacional moderna.
Al articularse los palacios en appartements individuales, las piezas de uso común, más allá del vestíbulo y la escalinata, son prácticamente inexistentes.
Es en esta época cuando hace su aparición la antichambre o antecámara (del italiano anticamera), que antecede a la cámara (chambre) del monarca y que la separa de la salle (la gran sala polivalente típicamente medieval) completamente abierta al público.
Sin embargo, la culminación del appartement llega con los suntuosos aposentos de Louis XIV primero en el Louvre y luego en Versailles, lo cual sella su éxito definitivo en las restantes cortes europeas.
[1] Un appartement tiene como núcleo esencial una tríada de tres estancias, de las que Serlio ya habla en sus tratados (anticamera – camera - rietrocamera):[2] Con frecuencia y desde mediados del siglo XVI, al appartement también se suele añadir: Se suelen clasificar en dos tipos básicos según su distribución y amplitud: Desde mediados del siglo XVII y a lo largo de XVIII, aparecen nuevas estancias que ponen en jaque la tradicional distribución del appartement: A mediados del siglo XVIII, la cantidad de estancias que pueden formar un appartement es tan variada, que al famoso teórico Jacques-François Blondel llega a categorizar tres tipos de appartements:[3] La llegada del siglo XIX y el progresivo aburguesamiento de la aristocracia llevan a la desaparición del tradicional esquema de appartement.