Peter Brian Medawar

[3]​ Además de como científico, es también es recordado por su gran cultura, inteligencia y su dominio del ensayo.[11]​ Sus ensayos se caracterizan por su calidad literaria y rigurosidad científica, junto a su marcado uso del sarcasmo.Además, esta tolerancia solo tiene lugar durante la gestación: si se intenta después trasplantar un tejido del niño a la madre, es inmediatamente rechazado.En la misma obra se refirió también a «la línea que separa el mundo de la ciencia y el sentido común del mundo de la fantasía, la ficción y la metafísica».[15]​ Fue también relevante su labor como divulgador de la ciencia, por ejemplo con textos como Consejos a un joven científico.