El proyecto comenzó en 1965 después de que la agencia espacial estadounidense NASA finalizara su primer programa de vuelos espaciales: el pionero programa Mercury, el cual había logrado colocar en órbita terrestre a los primeros astronautas estadounidenses.
Su meta general fue ganar experiencia en la exploración espacial para poder llevar al ser humano a la Luna antes de que finalizara la década, como había anunciado el presidente John Fitzgerald Kennedy en su famoso discurso en la Universidad Rice, en septiembre de 1962.
Igualmente era necesario probar técnicas de acoplamiento y alineación así como realizar múltiples ejercicios extravehiculares (EVA) o "paseos espaciales".
Las Gemini tenían que desplazarse para adelante, hacia atrás, cambiar la orientación e incluso la órbita.
Para evitar retrasos en los vuelos Gemini, las naves eran de fácil mantenimiento y poseían subsistemas que podían ser reemplazados.
Para realizar el vuelo lunar se habría añadido una etapa Agena o Centauro al Saturno I.
Finalmente la idea fue desechada dados los intereses de Wernher von Braun y otros impulsores del programa Apolo para que no se desviasen esfuerzos hacia otros proyectos.
Se utilizaría una etapa Agena para la inyección en órbita lunar y el regreso a la Tierra.
El concepto finalmente fue rechazado a favor del esquema de rescate en superficie lunar, más flexible.