El término «esófago» deriva del idioma griego antiguo «oisophagos» (οισοφάγος), literalmente "entrar por alimentos".
[2] En peces y anfibios el esófago continúa siendo corto aún en las etapas más avanzadas del desarrollo.
El embrión humano en su desarrollo temprano, tiene tres capas y se apoya en el saco vitelino embrionario.
Su estructura con forma de tubo, está conformada por varias capas histológicas que son comunes al resto del Aparato digestivo.
A simple vista, el color rosa de la mucosa esofágica contrasta con el rojo más intenso de la mucosa gástrica y la transición entre las dos se puede ver como una línea irregular, que a menudo se denomina «línea z».
Son las encargadas de movilizar el bolo alimenticio desde la porción inferior de la faringe hasta el estómago, lo cual le toma entre 8 a 10 segundos (en posición erecta y por la ayuda de la gravedad este tiempo se reduce hasta 5-8 segundos aproximadamente), Si no se logra la movilización completa del bolo desde el esófago al estómago se detectará alguna distensión en una porción de este y comenzará el proceso llamado peristaltismo secundario, cuya función es el aclaramiento esofágico (el vaciamiento completo del esófago).
Es decir, no existe una estructura de esfínter como se conoce en otros lugares, pero sí en este lugar el esófago desarrolla una presión local elevada.
[14] El esófago de serpientes es notable por la distensión que es sometido al tragar las presas enteras.
[13] Además, en murciélagos como Plecotus auritus, peces y algunos anfibios, se han encontrado glándulas que segregan pepsinógeno o ácido clorhídrico.
[17] Una estructura con el mismo nombre se encuentra a menudo en los invertebrados, incluyendo moluscos y artrópodos, que conecta la cavidad oral con el estómago.
Debido a la torsión, el esófago normalmente pasa alrededor del estómago, y se abre en su parte posterior, más alejada de la boca.
[21] Hay disponible un extenso rostrum en la parte anterior del esófago en todos los gasterópodos carnívoros.