Dentro del taxón Ruminantia se encuentran seis familias: los tragúlidos (Tragulidae), los antilocápridos (Antilocapridae), los jiráfidos (Giraffidae), los mósquidos (Mosquidae), los cérvidos (Cervidae) y los bóvidos (Bovidae).
Todos ellos, a excepción de los tragúlidos, pertenecen al infraorden Pecora y, dentro de ellos, podemos destacar a los bóvidos como la familia más rica en especies, entre las cuales podemos encontrar el toro, la cabra (Capra aegagrus hircus), la oveja (Ovis orientalis aries) o el búfalo.
Además, sus molares y premolares presentan coronas elevadas, hecho que se conoce con el nombre de hipsodoncia, pudiendo ser una adaptación a dietas abrasivas como la hierba.
Las jirafas (familia Giraffidae) tienen una estatura distinta y una morfología corporal que probablemente sean adaptaciones a su hábitat, la sabana.
Por otro lado, a pesar de que el omaso es adyacente al retículo, su perfil de expresión es más cercano al del rumen, lo cual puede estar relacionado con la semejanza en estructura y función del rumen y el omaso.
En este proceso es importante la génesis de una masa fibrosa flotante en las partes media y superior del retículo-rumen, ya que estimula los movimientos ruminales.
Los microorganismos presentes en el rumen degradan el ácido fítico (fuente importante de fósforo vegetal) mediante las enzimas fitasas.