Tres años más tarde, Víctor, que ahora se conoce con el alias de Doctor Stein, se ha convertido en un médico de éxito en Carlsbrück, que atiende a los ricos y al mismo tiempo asiste a los más necesitados en un hospital para pobres.
Hans Kleve, un miembro menor del consejo médico, reconoce a Victor y lo chantajea para que le permita convertirse en su aprendiz.
Junto con Karl, Victor y Hans continúan con el experimento del barón: trasplantar un cerebro vivo a un nuevo cuerpo, uno que no sea una criatura tosca e improvisada.
Karl huye del hospital y se esconde en el laboratorio de Víctor, donde quema su cuerpo jorobado conservado.
Según Jimmy Sangster, James Carreras vendió la película en Estados Unidos llevándose un cartel.
Cuando Carreras regresó, se acercó a Sangster con el proyecto y le pidió que escribiera la secuela.
[4] Motion Picture Daily señaló, "una película de terror producida con habilidad creativa e imaginación.
La contribución más notable que la Hammer ha hecho al género es su impresionante uso del color para producir efectos aterradores".