Al-Hayyach mantuvo esta posición durante el mandato del hijo y sucesor de Abd al-Málik, al-Walid I (r. 705-715), cuya toma de decisiones estuvo ampliamente influenciada por al-Hayyach, hasta su muerte en 714.
Hayyach ganó prominencia en las varias operaciones militares de los omeyas contra Abdallah ibn al-Zubayr, derrotándolo finalmente.
Más tarde fue enviado por los omeyas a pacificar Irak, donde fue gobernador durante veinte años.
En 701, al-Hayyach, con refuerzos de Siria, aplastó una inmensa rebelión dirigida por el noble árabe kufano Ibn al-Ashaz, cuyas filas incluían tropas árabes, conversos musulmanes y élites religiosas de Irak.
[5] La influencia política de la tribu continuó creciendo con el advenimiento del Califato Omeya en 661.
[11] Poco después de que Abd al-Málik ibn Marwán (r. 685-705) ascendiera al califato, Al-Hayyach abandonó su ciudad natal y se dirigió a la capital omeya, Damasco, donde ingresó en las fuerzas de seguridad (shurta) del califa.
[15] El califa quedó satisfecho con la rapidez y eficiencia con que Al-Hayyach restauró la disciplina durante un motín de las tropas.
[6] Las tropas omeyas bombardearon la ciudad con catapultas desde el monte Abu Qubays, sin ceder ni siquiera durante el Hach; ni siquiera la Kaaba se salvó, a pesar de la presencia de los peregrinos reunidos.
[6] Como recompensa, Abd al-Málik le otorgó a al-Hayyach el cargo de gobernador del Hiyaz, Yemen y al-Yamama.
Al-Hayyach pudo restaurar la paz en el Hiyaz, pero su severidad ocasionó frecuentes intervenciones personales del Califa.