El dulce se prepara superponiendo capas de bizcocho o soletillas (en Ferrara es más común el uso de brazadela, unas típicas y simples galletas caseras) mojadas en diversos licores y usando la crema pastelera.
El dulce se guarda en el frigorífico, lo que le da firmeza y mantiene la frescura de los ingredientes.
En varias recetas aparece la mermelada de albaricoque, que fue también muy popular entre los pasteleros del siglo XIX, o compota.
El comercio y los contactos diplomáticos con la familia real británica eran frecuentes, y es probable que un diplomático al regresar de Londres pidiese a los cocineros de la corte algo parecido a un trifle.
En diversos intentos la receta fue reelaborada sustituyendo la masa con levadura por una rosquilla común en la región: la bracciatella, que se preparaba con forma de rosquilla y se tomaba como acompañamiento del vino dulce, al igual que otros postres como los cantucci.
La receta tal como se conoce hoy aparece en Módena en la primera mitad del siglo XIX.
El nombre aparece en el siglo XIX en la «biblia» de la cocina italiana escrita por Pellegrino Artusi, La scienza in cucina e l'arte di mangiar bene, como la receta N.º 675.