El zéjel, en su forma más típica, consiste en un estribillo de dos versos, al que siguen otros sonidos acompasados que a su vez tienen una rima seguida de otros tres versos (mudanza) y un cuarto verso (vuelta) que rima con los sonidos acompasados de antes pertenecientes al estribillo, anunciando su repetición.
Tuvo una gran repercusión en todo el mundo árabe de la época, como reseña el historiador Ibn Galib.
También tenía mucho éxito en los reinos cristianos, que pagaban altas retribuciones a los juglares moros.
[6] Aunque los orígenes del zéjel son medievales, aún sobrevive tanto en el Magreb —en especial en Argelia—, como en el Levante mediterráneo, fundamentalmente en Líbano y Palestina donde los declamadores profesionales del zéjel puede alcanzar altas cotas de reconocimiento y popularidad.
Algunos zaŷŷaali libaneses muy conocidos son Zein Sh'eib, Talih Hamdan, Zaghloul alDamour, Moussa Zgheib, Asaad Said o Khalil Rukoz.