Compaginaba sus tareas formativas, militancia política y estudiantil con eventuales trabajos como empleada del hogar para tener autonomía económica respecto a su familia, de escasos recursos.
Fueron llevados a la Dirección General de Seguridad donde fueron interrogados sobre sus actividades políticas y su posible relación con ETA.
[3] Parece ser que los secuestradores se presentaron el día 1 por la mañana en la vivienda y al no encontrar a nadie, decidieron volver por la tarde-noche.
Yolanda González Martín fue asesinada por los miembros de Fuerza Nueva, Emilio Hellín Moro e Ignacio Abad Velázquez, que contaron con la colaboración de varios sujetos más (José Ricardo Prieto, Félix Pérez Ajero, Juan Carlos Rodas Crespo y David Martínez).
Después fue rematada por Ignacio Abad Velázquez con otro disparo (cara externa del antebrazo derecho, con orificio de entrada y salida que posteriormente produjo contusión erosiva en la mama izquierda) con una pistola Star calibre 9 milímetros Parabellum, estando aún con vida, según relata la sentencia condenatoria.
El asesinato fue reivindicado por Emilio Hellín, mediante un télex enviado a la agencia EFE, por el denominado "Grupo 41" del Batallón Vasco Español con estas palabras: Las primeras diligencias judiciales fueron efectuadas en 1980 por el Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid, pasando posteriormente el asunto al Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, que procesó a Emilio Hellín Moro, Ignacio Abad Velázquez, José Ricardo Prieto, Félix Pérez Ajero, Juan Carlos Rodas y David Martínez Loza y en 1982 los sentenció y condenó a diversas penas según su implicación penal, bajo el Código Penal vigente en su momento, en los hechos enjuiciados.
El Tribunal, sin embargo, no aceptó condenarles por asociación ilícita o banda armada aduciendo que para considerarles banda armada se necesitan requisitos tales como mayor número de integrantes, jerarquía orgánica, y otros requisitos.
[5][6] Emilio Hellín, principal encausado por el asesinato, se dio a la fuga en 1987 aprovechando un permiso penitenciario.
En Paraguay recibió protección del régimen militar de Alfredo Stroessner, para el que trabajó.
[12] Según Asier González, hermano de Yolanda, Emilio Hellín daba cursos a policías por la pervivencia del franquismo en las instituciones españolas.