Ygnacio de Çelayarán y Ugarte

Y asimismo certifico que en el frontispicio de dha.

[4]​ Contrajo matrimonio con Ana Bayón de la Torre, siendo padres de seis hijos (Ana María, Antonio, Ygnacio, Francisco, Joseph y Mathías), y cuya descendencia adoptó la variante Zelarayán del apellido.

[8]​ Como es sabido, la mencionada ciudad norteña fue trasladada el 24 de septiembre de 1685 desde su ubicación primigenia en Ibatín (desde entonces llamado sitio viejo o pueblo viejo) hasta un lugar distante doce leguas conocido como “La Toma”.

Ygnacio fue acusado en 1681 por algunos cabildantes de liderar la fracción que pretendía permanecer en Ybatín: “… (Ygnacio de Çelayarán) es inclinado a ruidos e inquietudes, y tiene de costumbre querer reducir a todos a su parecer, solicitando siempre en esta república oficios y cargos, como es notorio en el tiempo presente haber arrendado dos oficios, por interpósitas personas, por solo contradecir lo propuesto y seguido en esta república por más de tres a cuatro años a esta parte por los de este cabildo, a pedimento de todo el común: una cosa tan constantemente importante como es la traslación de esta ciudad al sitio reconocido; de lo que fue el único contradictor por su naturaleza, eligiendo alcaldes para este intento…”.

[12]​Entre las varias anécdotas producidas por esta pugna, se eligen dos que revelan el grado de animosidad que reinaba y el carácter del temperamental vasco: “… (Siendo Ygnacio de Çelayarán) alcalde provincial tuvo la osadía y el atrevimiento de entrar a las casas de la morada de su señoría el señor gobernador a sacar un criado suyo y le llevó preso a la cárcel, y por no haberle asistido el alguacil mayor, lo quiso aprehender, metiendo un ruido grande en la ciudad…”.

Habiendo ocurrido este discurso posterior a la procesión del día y la festividad de la Limpia Concepción (8 de diciembre) que se celebró en el convento del seráfico señor San Francisco, tuvo también voces descompuestas en aquel acto acusando al cabildo y a su merced el dicho Justicia Mayor por no haberle permitido marchar detrás del Fiel Ejecutor en el pendón que acostumbran llevar los del cabildo, y se quedó en el cuerpo de la iglesia; intentando nosotros los del cabildo que en los actos subsiguientes no hubiera ocasión de ser perturbados por el susodicho, hicimos de palabra dicho requerimiento sin faltar a la compostura debida y necesaria, lo que fue hecho por dicho justicia mayor en la puerta de la iglesia después de acabados los divinos oficios a lo que Zelarayán respondió con los dichos relatados por lo que dicho Justicia Mayor le dijo que le hablase con compostura, y que era desvergüenza y poco respeto a la Justicia Real y a todo un cabildo, respondió con mayor altivez diciendo: ‘ya le he dicho que no tiene que meterse conmigo, porque soy muy privativo y no sabe lo que hace’.

Habiendo oído esta razón le agarró del hombro su merced, el dicho Justicia Mayor diciéndole: ‘cómo habla con la justicia de esa manera’.

Visto el caso por nos los alcaldes ordinarios naturalmente nos llevó el ánimo a mediar en el suceso y poniéndonos en medio reportamos a su merced el dicho Justicia Mayor, de lo que resultó en el dicho Ygnacio de Zelayarán mayor furia, queriendo sacar la espada haciendo ademanes de querer embestirle diciéndole al dicho justicia mayor que era un bárbaro y que no sabía lo que hacía, forcejeando siempre aunque le atajaban sacerdotes graves, y religiosos a quererse estrechar con su merced dicho Justicia Mayor…”.

Firma del capitán Ygnacio de Çelayarán y Ugarte en 1681 (31 años de edad)
Esquema de la genealogía de Ygnacio de Çelayarán y Ugarte.
Planta de Ibatín