Ekaterina Furtseva

Furtseva nació en Vyshny Volochyok, ciudad del óblast de Tver.

En aquella época se enamoró de Nikolay Firyubin, el embajador soviético en Yugoslavia.

Al enterarse de su despido, supuestamente intentó suicidarse cortándose las muñecas.

[5]​[2]​ A medida que se volvió más influyente, muchos actores y directores notables intentaron asegurar su amistad para avanzar en sus propias carreras.

Según sus amigos más íntimos, como la cantante Lyudmila Zykina, Furtseva también se volvió adicta al alcohol.

Dos meses antes había sido sancionada por el Partido por extravagancia y multada con 40.000 rublos.

E hizo surgir toda una generación de poetas de los años 60: Evgueni Yevtushenko, Andréi Voznesenski, Robert Rozhdéstvenski, Bella Ajmadúlina, que se llenaban estadios enteros para asistir a sus recitales.