Lo más destacado del mismo fue el pavimento de la gran villa romana entonces allí asentada, del que se rescató su notable mosaico, de opus tesellatum, polícromo y con temática variada.[2] Constituye la habitación de acceso la más discreta del conjunto.De forma semicircular, resulta materialmente la peor conservada, al carecer su pavimento de ciertos fragmentos musivarios; destinada posiblemente a la función de comedor -triclinium-, presenta una decoración constituida por tres bandas geométricas que encierran en su interior diversas formas (círculos, rectángulos, cuadrados, octógonos, etc.).Posteriormente, Antonio Bielsa, propietario de la finca y arqueólogo ocasional, realizaría varios sondeos del terreno, que con el tiempo devendría en una plantación de melocotoneros.En octubre de 1965 el mosaico fue trasladado del Museo turolense a Calanda para su exhibición.
La villa: tercera estancia.
El mosaico: detalle con representación animal.
El mosaico: detalle con representación geométrica.
Vista parcial del mosaico romano de la villa del Camino de Albalate (Calanda): segunda estancia de la villa, con su fastuosa representación musivaria de seis animales.
Vasija de cerámica vidriada, con escamas de barbotina (Camino de la Vega de Albalate, Calanda).
Elementos varios (Camino de la Vega de Albalate, Calanda).
Figura de mármol (Camino de la Vega de Albalate, Calanda).
Clavijas de sujeción de las dobles paredes laterales por las que circulaba el aire caliente procedente del hipocausto (Camino de la Vega de Albalate, Calanda).
Hito conmemorativo de la partida de Albalate, próximo al lugar donde fue descubierto el mosaico romano hallado por Bielsa Alegre.