Las dos cavernas naturales de Moncín se complementan con dos abrigos rocosos abiertos hacia el noreste y desde las que se controla visualmente un amplio espacio natural.
Hay restos de pinturas rupestres en la cavidad principal,[1] en rojo y negro, que serían inscribibles dentro del arte esquemático ibérico.
[7] Otros cultivos del poblado incluirían cereal, legumbres y bellotas.
[12] Se ha encontrado igualmente herramienta de piedra pulida como son hachas y molinos.
[1] Entre los hallazgos significativos cabe mencionar tres útiles asociados a la minería, los únicos de esa tipología en el valle del Ebro.
No se han identificado en cambio muestras de las decoraciones habituales en el Levante peninsular o en Andalucía.
Sus estilos y usos, tanto para líquidos como para alimentos, han dado lugar a teorías sobre su uso social.
Se ha encontrado en el yacimiento también material metálico hecho en cobre y bronce, así como útiles de metalurgia.
[12] El poblado parece haber sido abandonado tras un terremoto que colapsó parte de las cavernas.
[24] En paralelo se ven indicios de un declive en asentamientos similares en las cercanías en el valle del Ebro.
Moncín I, la cueva principal con pinturas, fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) con el código RI-51-0009509 en 1996.