Allí, y a pesar de su joven edad, trabajó en una panadería y un muelle hasta que se le permitió regresar a Lituania con su familia en 1917.
Mientras ejercía como comisario del batallón fue herido durante una batalla en Bielorrusia y capturado.
Aquel año fue designado segundo jefe de las Fuerzas Aéreas Soviéticas.
Tras la operación, quedó con una pierna más corta que la otra y fue incapaz de moverse durante mucho tiempo.
[10] Tras permanecer postrado en cama durante varios meses, logró volver a volar de nuevo, pero los problemas con sus piernas gravemente dañadas continuaron molestándolo durante el resto de su vida.
Allí empleó la mayor parte del tiempo en instruir a los pilotos para sus misiones, desplegados con los nuevos cazas I-16 y I-153.
En su informe final al Consejo Militar Central del Ejército Rojo, indicó y criticó diversos fallos de la organización y la instrucción militar soviética.
Aleksandr Golovánov le sugirió que escribiese una carta a Stalin expresándole sus preocupaciones.
Durante el interrogatorio se profirieron amenazas contra su familia y sus piernas vendadas fueron golpeadas con porras cuando rechazó ofrecer la confesión que deseaban los interrogadores.
[20] A lo largo de su carrera militar, Smushkévich recibió las siguientes condecoraciones[20]