La Virgen de la Leche es una obra anónima realizada aproximadamente entre 1308 y 1320.
Estos artistas impondrían sus modelos en la escultura gallega en la primera mitad del siglo xiv, destacando el resurgir de algunos focos aislados en la segunda mitad de la centuria e incluso a comienzos del siglo xv.
[2]: 584–901 Los escultores trasladaron a Orense el estilo de corte monumental de las imágenes con paños acartonados, pliegues con forma triangular y quebraduras geométricas, aunque cabe destacar que los artistas llegados a la capital auriense no eran los mejores puesto que se aprecian diferencias notables entre las obras burgalesas y las orensanas, dato comprobable si se compara la talla burgalesa de peor calidad (la Sibila profetisa, ubicada en el claustro alto de la catedral) con la imagen orensana más lograda (el Ángel trompetero, conservado en la Capilla de San Juan).
Gracias a esto se formarían unas tipologías arquitectónicas innovadoras a nivel regional a la vez que se difundirían unos determinados repertorios iconográficos tanto religiosos como profanos que gozarían de gran popularidad hasta muy avanzado el siglo xv, siendo uno de los más novedosos el concerniente a la iconografía de la Virgen de la Leche.
El infante, cuya cabeza está asusente, figura de perfil al espectador y aparece posando su mano izquierda sobre el pecho de su madre mientras lo aprieta con los dedos pulgar e índice a la vez que bendice con la mano derecha.